¿Qué ver en Andermatt? No sólo para los amantes del ski

Andermatt es un pueblo enclavado en los Alpes Suizos y es frecuentado en la temporada invernal por los amantes del Ski. A escasos kilómetros del Paso San Gottardo (13km), en el sur de Suiza. Y para nada lejos de grandes ciudades como Lucerna, Zurich o mismo Milán (Italia), esta última situada a menos de 200 km de distancia.

Caminata por el pequeño centro

Si vienen desde Italia, se puede hacer el cruce panorámico del San Gotardo, bastante exigente por cierto, o bien aprovechar la obra maestra de ingeniería que es el túnel de San Gottardo. Un túnel de 17km de longitud, prácticamente siempre en sentido descendiente, sin ninguna complejidad para atravesarlo. Recordemos que en Suiza no existen los peajes, por lo cual es lo mismo viajar por la vía difícil -pero panorámica- que por la vía sencilla, en este caso el túnel.

Para transitar por Suiza deben comprar la viñeta, que tiene un valor aproximado de 40 francos suizos, en algún punto fronterizo, o bien a través de este link sin necesidad de colocar la pegatina en el parabrisas.

¿Qué ver en Andermatt?

Andermatt es un pueblo muy pequeño, que se puede recorrer tranquilamente en un par de horas, o menos. De casas alpinas, callecitas empedradas, de una limpieza absoluta. Nosotros la recorrimos en verano, sin nieve, y nos encantó. Flores, el verde, el río que atraviesa sus calles, la perfección hecha realidad.

Pueblecito de encanto, con las montañas de fondo

En la temporada estival es un buen punto de partida para realizar hiking o hacer unos buenos kilómetros con la bici, con excelentes vistas de los Alpes Suizos. Desde Andermatt salen teleféricos durante todo el año que, en el invierno, te depositan en las pistas de esquí. Son más de 120 kilómetros de pistas, aptas tanto para principiantes como para los esquiadores más avezados

El pueblo lleno de casas de madera

Cuenta con una infraestructura hotelera para todos los gustos, e incluso en estos momentos, Septiembre de 2024, se están construyendo varios establecimientos más que parecen ser de primera categoría.

Flor contenta en la cama elástica

Uno de los puntos más divertidos y que más nos sorprendió fue el sector de juegos, pegadito a la estación de trenes (desde donde parte el teleférico). Ping pong, metegol, canchas de mini Básquet y Fútbol y beach volley. Todo ello con sus respectivos elementos a tu plena disposición. ¿No tenés paleta o pelotas? No hay problema, todo guardadito en cajas de madera super visibles y a la mano.

Además, hay hermosas canchas de paddle vidriadas, también con sus respectivas paletas -en muy buen estado- y pelotitas de tenis (podrías traer las tuyas). Esta última opción estaba disponible bajo reserva mediante una app.

Por último y como frutilla del postre, una parrilla con dos asientos en forma de U que la abrazan. ¡Y también con los leños para ser usados! Es decir, solamente traés la carne, unos fósforos y te armás alta parrillada. ¡Qué lujo!

¡Sigamos viajando!