En 2014 decidimos tomar un tren nocturno desde París a Venecia. Este trayecto lo hacía un tren llamado Thello, que partía desde la estación parisina de Gare du Lyon, pasando por varias ciudades hasta llegar a Venecia.
Lo positivo de este tipo de trenes es que uno ahorra una noche de alojamiento e incluso algo de tiempo si logramos conciliar las horas de viaje con las horas del sueño.
Actualmente, este trayecto lo hace Trenitalia, aunque ya lo hace de manera diurna.
Partimos desde Gare de Lyon (París) en lo que era sencillamente nuestro primer viaje en tren en nuestras vidas. Como dijimos anteriormente, cuando reservamos el tren lo hicimos pensando en economizar en tiempo y dinero. Al viajar de noche nos ahorrábamos una noche de alojamiento y obviamente era tiempo que no perdíamos para recorrer otros lugares.
Lo particular era que no conocíamos bien el funcionamiento del tren. Cuando llegamos, entramos a lo que la empresa llamaba couchette. A simple vista, eran dos filas de asientos enfrentadas en las que cabíamos seis personas.
Al llegar, ya nos esperaban pasajeros de diversas nacionalidades: un italiano, un señor de facciones árabes que hablaba francés y otro señor con quien no encontrábamos idioma con el cual establecer diálogo alguno. Finalmente, los seis cupos se completaron con una chica de China.
Lo que más nos preocupaba era que el viaje era de más de 12 horas, en su mayoría nocturnas, y nosotros solamente veíamos las dos filas de asientos en las que los seis ocupantes del couchette entrábamos apenas SENTADOS.
Pasaron unos minutos de charla con el árabe y el italiano y, de repente, el hombre con el cual no sabíamos cómo comunicarnos empezó a gesticular como diciendo que nos moviéramos. Lo que hizo nos dio tranquilidad.
El hombre evidentemente ya había realizado viajes en este tipo de trenes y, con una velocidad y maestría asombrosa armó todas las cuchetas para que cada uno tuviera su lugar para descansar.
Evidentemente estaba cansado y quería descansar, y así lo hicimos todos.
Al día siguiente, a las 10 de la mañana, ya estábamos en Mestre, ciudad aledaña a Venecia.
Paramos en lo que actualmente es el Belstay Mestre Marghera.
Si queremos evitar el desplazamiento hasta aeropuertos y sus largas esperas, los trenes pueden ser una alternativa rápida y hasta económica.
A Venecia llegamos !
Comments