La Casa de San Martín en Boulogne-sur-Mer
- Juan Manuel
- 17 jun
- 4 Min. de lectura
Luego de recorrer un par de ciudades belgas, Gante y Brujas, cruzamos hacia el norte de Francia. Nuestra primera parada fue la ciudad de Boulogne-sur-Mer, conocida por los argentinos como el lugar donde José de San Martín, Libertador de América, pasó sus últimos años de vida.

Para nosotros, que vivimos fuera de nuestro país de origen, Argentina, desde hace ya varios años, no es muy frecuente volver a casa. Por distintos motivos —laborales, económicos o personales—, pisar suelo argentino sucede con poca frecuencia, a veces una vez al año, con suerte.
La casa, ubicada a pocos metros de una de las entradas de la ciudad amurallada, presenta una fachada modesta, que bien podría pasar desapercibida para cualquier visitante. Sin embargo, una bandera argentina flameando sobre su puerta y una placa de mármol que señala que allí falleció, el 17 de agosto de 1850, el ilustre soldado de la emancipación latinoamericana, el general argentino José de San Martín —Libertador de Argentina, Chile y Perú—, despiertan la atención de quien conoce su historia.
Entrar a esa casa fue, para nosotros, como volver mágicamente a suelo argentino. Lo que hizo aún más cálido el momento fue ser recibidos por el curador del lugar, un granadero perteneciente al Regimiento de Granaderos a Caballo, institución creada muchos años atrás por el propio San Martín. Durante nuestra visita, Silvio nos recibió con los brazos abiertos, dispuesto a mostrarnos cada rincón de la casa y a compartir con nosotros muchos detalles sobre su historia y la del General.
Veníamos de un día nublado y frío, y al entrar en la casa sentimos una calidez especial, que nos protegió del clima y nos brindó una sensación de cercanía y pertenencia difícil de explicar.
San Martín, como expusimos anteriormente, falleció el 17 de agosto de 1850, tras haber pasado sus últimos dos años en esa residencia, acompañado por su hija Mercedes, su yerno Mariano Balcarce y sus nietas.

Había llegado a la zona a mediados de 1848, buscando alejarse de las revueltas provocadas por la revolución estallada en París. Boulogne-sur-Mer, en el norte de Francia, está muy cerca de Inglaterra, lo cual representaba una posible vía de escape si la situación se tornaba peligrosa.
Durante su estadía, la familia alquilaba el segundo piso de la casa al doctor Gérard, con quien compartieron muchos momentos en sus últimos años.
Recién en 1926 el Estado argentino pudo adquirir el inmueble, gracias a fondos recolectados mediante colectas públicas. Hoy, la casa depende del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, bajo la órbita de la Embajada Argentina en Francia.
Desde hace algunos años, un granadero cumple la función de curador del Museo Sanmartiniano, en una rotación que se renueva cada dos años. Silvio, quien nos recibió, nos mostró las distintas salas y el jardín, donde se pueden ver decenas de placas conmemorativas.
Sin dudas, lo que más nos conmovió fue visitar la habitación donde el General pasó sus últimos días, así como ver su escritorio, ubicado junto a la cama. También se puede ver la habitación donde finalmente falleció, ubicada en la planta alta.

Otro punto destacado es la réplica del sable corvo de San Martín. Hay numerosos cuadros con su imagen, así como salas con pinturas de hechos clave en su vida. También se exhiben uniformes típicos de los Granaderos y otros objetos relacionados con la vida del prócer.
Las constantes alusiones a la vida del General —íntimamente ligadas a la independencia de nuestro país y de pueblos hermanos como Chile y Perú—, sumadas al entusiasmo del curador, quien claramente admira la figura del Libertador, hacen que la visita sea, aunque sea por un rato, como volver a casa. Como recordar aquellos momentos de la infancia en que te contaban la historia de ese personaje que nos dio la libertad y que hoy, con orgullo, nos permite reconocernos como argentinos.
Estuvimos en Argentina. Volvimos, aunque por un rato, a nuestra tierra. Nos sentimos más cerca de nuestros seres queridos, de nuestra historia, de quienes somos. Fue como viajar en el tiempo, como regresar al corazón de nuestras raíces.
Es reconfortante saber que, lejos de su patria, existe un lugar donde se honra con respeto y dignidad a una figura tan trascendental, no solo para Argentina, Chile y Perú, sino para la historia de la libertad en el mundo.
Yo, argentino.
¡Sigamos viajando!
Días y horarios de visita a la Casa de San Martín:
De martes a sábado, de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00.
ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

Soy Juan Manuel Cerminati, Licenciado en Turismo y parte de vandeados, el proyecto que comparto con Flor. A lo largo de los años trabajé en hoteles de cadena en Argentina y Uruguay, en hoteles rurales en Italia (Sicilia y Toscana), y también en la aerolínea brasileña GOL, donde aprendí bastante sobre cómo funciona una compañía aérea... y de paso conocí muchos rincones increíbles de Brasil. También trabajé como agente de viajes, lo que me dio una mirada más completa sobre todo lo que hace al mundo del turismo: hotelería, traslados, excursiones, aerolíneas y más.
Viajar es mi gran pasión. Ya visité más de 30 países en cinco continentes, y sigo con ganas de seguir descubriendo este hermoso planeta. Todo eso que fui aprendiendo —en el trabajo y en el camino— trato de volcarlo en cada nota que escribo.
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