En 2011 realicé los primeros vuelos de mi vida. A mis veintitantos años surgió la posibilidad de visitar Perú. Nunca pensé que luego de esta experiencia, los vuelos volverían a mi vida de manera un poco más frecuentes.
El viaje fue programado con una amiga, y consistió en conocer Lima, Cuzco, el Valle Sagrado y, como frutilla del postre, Machu Picchu.
Salimos de Rosario con conexión en Buenos Aires con Aerolíneas Argentinas. Fuimos en plan gasolero, así que nuestras estadías fueron siempre en los hostels de la cadena Pirwa https://www.pirwatravel.com/
Volar, para mí, es una sensación difícil de describir. En lo que respecta al vuelo en sí, el hecho de ver todo desde allá arriba, como si fuera una maquetita en movimiento, donde ves el recorrido de los ríos, las aglomeraciones, los campos, los edificios, las luces, los pequeños autos moviéndose por las autopistas, rutas y calles; es algo que siempre me genera una sensación de pequeñez y, por momentos, de vulnerabilidad. Estar allá arriba y ver todo tan diminuto me da cierta impresión.
Aún hoy con más vuelos en mi haber digo, sin vergüenza, que me da un poquito de miedito, por más irracional que esto parezca, sabido es que es el medio de locomoción más seguro.
A ustedes, si han tenido la posibilidad de hacerlo, ¿qué sensaciones les ha generado volar? ¿Nos cuentan en los comentarios? 👇🏻
Gracias por estar del otro lado.
Seamos felices y viajemos mucho.
Juan
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