Roma, mar y montaña.

Trás dejar la costa amalfitana, fuimos subiendo hasta llegar a Gaeta. Una ciudad que nos sorprende con su casco histórico medieval, además de una península con senderos espectaculares para caminar y obtener vistas panorámicas increíbles.

Nos encontramos con una gruta que te deja boquiabierto y terminamos con una playa extensísima y de arena muy fina. Ideal para pasar unos días, en especial de verano.

Nuestro recorrido siguió hacia el centro del país. Hicimos una parada en Castelgandolfo, donde hicimos base para ir a recorrer Roma. Castelgandolfo quizás te suene debido a que es el pueblo donde los Papas tienen su residencia de verano, a unos escasos 20 kilómetros del Vaticano.

Flor fue un día a Roma. Recorrió, disfrutó y se amigó con la ciudad, con la que se había ido un poco desilusionada, allá hace 9 años.

Al día siguiente fui yo, y me propuse recorrer la ciudad a pie, recorriendo más de 20 kilómetros. Pasando por el Parco Borghese, Vaticano, Trastevere, Barrío Judío y finalizando por el Panteón y la Fontana di Trevi.

En nuestro tercer día decidimos ir los tres juntos. Tomamos el tren y, junto a Otto, visitamos nuevamente la Fontana di Trevi y los alrededores del Coliseo y el foro romano.

Por último, visitamos al "paese che muore", o el pueblo que muere, tal como ellos lo llaman. Civita di Bagnoregio es un pueblo que está condenado a desaparecer, ya que está erigida sobre un cerro que sufre de una progresiva erosión que la llevará a su destrucción. El antiguo pueblo está muy bien conservado y sorprende su quietud, su silencio y su triste destino.

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