Desde la Bahía de Sainte Anne (Praslin), tomamos un nuevo ferry de la empresa Cat Cocos hacia la Isla de Mahé, donde se encuentra la capital de Seychelles, la ciudad de Victoria.
Victoria es bastante pequeña y modesta, y se puede recorrer en poco tiempo. Lo más llamativo de la ciudad es un templo hindú super colorido, el reloj de Victoria (o mini big ben, como lo llaman ellos) y un mercado de pescados y frutos frescos. Seychelles, conocido por ser un paraíso fiscal 💱, muestra una zona renovada y revitalizada en los alrededores del Central Bank de Seychelles.
Nosotros nos hospedamos en un hotel sobre la costa opuesta a la de la capital, sobre la playa Beau Vallon, la cual se caracteriza por tener un mar sereno, ideal para estar con chicos. Sobre Beau Vallon hay un caminito costero muy pintoresco, en el cual hay algunos restaurantes y varios puesteros que ofrecen sus productos, desde alimentos a variadas artesanías.
Esta isla sirve como punto de partida y finalización de los viajes a Seychelles. Desde aquí llegan y parten la mayoría de los vuelos internacionales. Se recomienda pasar el primer y último día de la visita aquí. En el medio, visitar las otras islas donde están las mejores playas, como las islas de Praslin o La Digue, por ejemplo.
Seychelles nos regaló días memorables, en playas de ensueño. Destacamos, por sobre todas las cosas, la protección del entorno natural, la tranquilidad, la amabilidad de su gente y el interés de ellos mismos por seguir siendo un destino turístico no masificado.
Ojalá podamos volver! Sigamos viajando!
Comments