Cuando aparece la palabra Polinesia, probablemente en nuestras mentes se sucedan imágenes de playas paradisíacas. De mujeres y hombres tomando un cocktail desde una lujosa habitación con vistas únicas. De bancos de arena blancos blanquísimos y de las aguas más cristalinas en la faz de la tierra.
Ahora bien, cuando nos encontramos hace unos años en la hermosa situación de tener que planear un viaje hasta ese rincón idílico del mundo, se nos llenó el marote de preguntas. Pero, si por una de esas casualidades te toca armar uno a vos, acá te damos algunos tips para organizarlo sin morir en el intento.
Bueno, obviamente dependerá de dónde estemos, de dónde vivamos. Nosotros realizamos el viaje desde Sudamérica. En aquel momento, la única aerolínea que nos llevaba hasta Papeete de manera más o menos directa era LATAM. Desde Argentina el trayecto era Buenos Aires - Santiago de Chile y luego un Santiago - Papeete con escala en Isla de Pascua.
No hay tantas opciones de vuelos hacia la Polinesia. Desde Estados Unidos hay dos o tres vuelos, alguno que otro desde Japón, desde Nueva Zelanda y puede que alguno de Francia. Y no mucho más para contar.
Es por este motivo que los precios de los pasajes hacia la Polinesia no suelen ser muy económicos que digamos. Muy pocos vuelos y muchos soñadores.
Digamos que encontramos los vuelos para llegar hasta Papeete. La parte más sencilla está resuelta.
Ahora debemos saber que la Polinesia está compuesta por 118 islas y atolones, de los cuales 67 están habitados.
Entonces debemos elegir cuántas de ellas queremos y podemos visitar. Además, cómo llegaremos a cada una de ellas.
Probablemente las más conocidas son las Islas de la Sociedad, que comprenden -entre otras- a Tahití, Moorea y Bora Bora. Estas son justamente las islas que nosotros conocimos, y que visitamos en nuestra estadía de 8 días. Quizás es el itinerario más tradicional. Pero debemos recalcar que hay muchas, muchas más opciones.
Nosotros, al llegar a Papeete, pasamos la primer noche en un hotel cercano a la capital, con hermosas vistas de Moorea.
El segundo día partimos en ferry hacia Moorea, con la empresa Terevau, que no es la única que realiza este trayecto. Preferimos realizarlo en barco ya que nos resultaba mucho más económico y práctico que hacerlo por vía aérea. El trayecto de una isla a otra es de 30 minutos.
Allí en Moorea pasamos 3 noches y disfrutamos de sus playas y de sus piscinas naturales hiper re contra transparentes.
De Moorea es posible tomar un vuelo a Bora Bora, aunque nosotros lo hicimos desde Papeete. No hay opción de ir desde Moorea a Bora Bora en ferry.
Tres noches en Bora Bora nos dejaron con gusto a poco, pero realmente disfrutamos de esas playas y de esas aguas de un color inigualable.
De Bora Bora nos tomamos nuevamente un vuelo hacia Papeete, donde pasamos nuestra última noche, para luego comenzar nuestro retorno a la Argentina.
Un resumen de nuestro itinerario
DÍA 1 - Llegada a Papeete - NOCHE EN PAPEETE
DÍA 2 - Ferry Papeete a Moorea - NOCHE EN MOOREA
DÍA 3 - MOOREA
DÍA 4 - MOOREA
DÍA 5 - vuelo a Bora Bora - NOCHE EN BORA BORA
DÍA 6 - BORA BORA
DÍA 7 - BORA BORA
DÍA 8 - vuelo a Papeete - NOCHE EN PAPEETE
Este creo es el itinerario más común y más sencillo. Siempre recomendamos al menos una o dos noches al principio en Papeete, más que nada por si surge algún imprevisto en los vuelos de llegada a la Polinesia. En caso de haber un retraso y llegar más tarde de lo previsto, simplemente perderíamos alojamiento en Papeete, y no trastocaría traslados posteriores, y noches en otras islas, donde los alojamientos suelen ser mucho más caros.
Desde la página de Air Tahití se pueden emitir los tramos de los vuelos para llegar a las diferentes islas, e incluso tienen pases especiales que combinan varias islas, con un precio fijo de acuerdo a la temporada, en donde tenés que colocar las fechas en las que volarías a cada isla.
La página web de la aerolínea puede llegar a servirte para conocer los nombres de cada isla y, a partir de allí, comenzar a investigar cuáles son las que más te interesaría conocer.
¿Qué pensamos nosotros de nuestra experiencia en la Polinesia?
A ver, es un paraíso. Sin dudas. Las playas que hemos visto ahí no son comparables con otras en el mundo. No decimos que sean las mejores, decimos que son únicas.
Quizás, quienes tengan un presupuesto más holgado puedan tener más a mano playas con las que uno "flashea" Polinesia. Para otros con un bolsillo un poco más ajustado, llegar a ciertos lugares o playas podría llegar a ser un poco más difícil.
A muchos de los mejores lugares que conocimos en Moorea o Bora Bora no los tuvimos a mano, sino que llegamos gracias a, por ejemplo, paddleboards.
Muchas playas, por sí solas, no son lo que uno imagina al pensar en estas recónditas islas. Ahora bien, nosotros agarramos un kayak o unos paddleboards y llegamos a lugares realmente paradisíacos.
Es por ello que, si vas a la Polinesia, tené en cuenta esta información. Los mejores hoteles en general son los que mejores playas tienen, y en muchos de los casos son privadas. Y que para llegar a ciertos lugares deberás contratar una excursión, o bien alquilar algún kayak o paddleboard, y además la energía necesaria para llevar adelante la empresa.
Creo que fuimos en un momento justo de nuestras vidas. Con mucha energía y espíritu aventurero, que compensó bastante el prespuesto acotado con el que llegamos.
Nos hemos dado cuenta que la experiencia Polinesia podría llegar a ser para algunos un poco frustrante y hasta decepcionante. Es por ello que contamos nuestro sentir y nuestra visión respecto a este destino.
Nosotros amamos cada uno de nuestros días en la Polinesia. Aguas transparentes como nunca habíamos visto. Nadar entre tiburones y mantarrayas. Atardeceres irrepetibles, de colores naranjas, morados y azulados. Comida exquisita y relax total.
A la Polinesia queremos volver, siempre. ¿Volveremos?
¡Sigamos viajando!
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