Airlie Beach: ojito con las medusas

Nos vamos al calor del estado de Queensland, en búsqueda de ¿la mejor playa australiana?

Nos vamos de una fresca Melbourne, de pullover y jeans, hacia el calor del noreste australiano. Tomamos un vuelo desde Melbourne hacia Proserpine, aeropuerto que sirve de base para el pueblo llamado Airlie Beach. Pero, ¿qué hay en este lugar que hizo que vayamos ?

Bueno, además de playas, como se lo podrán imaginar, lo primero que le podemos mencionar es que sobre las aguas que bañan estas costas habitan seres bastante pequeños, pero peligrosos. Las respetadas stingers, o medusas. Algunas de ellas extremadamente venenosas, que pueden llevarte a dolores insoportables e incluso a ataques cardíacos y finales fatales.

Bueno, aún así. Por qué venimos acá? Por qué nos castigamos así?

Airlie Beach es un pueblito que está a la altura de la Gran Barrera de Coral y de unas islas que nos enamoraron desde el primer momento que supimos de su existencia: Whitesunday Islands.

Llegamos allá para tomar un velero junto a otras personas por tres días, para hacer un poco de snorkel, ver corales, la fauna marina y, especialmente, conocer Whitehaven Beach.

Era increíble ver que, a pesar de tener aguas agradables y cristalinas, la gente no se metía a las playas naturales, sino que lo hacía en playas artificiales. Es porque aún estábamos en temporada de las ya mencionadas medusas.

Al hacer el “check in” en el barco, el capitán del Blizzard lo primero que nos dio fue un formulario de exención de responsabilidad de la empresa para que firmemos, por si pasara cualquier cosa. De todas maneras, nos adentraríamos en aguas más profundas, con mayor corriente, donde las probabilidades de encontrarnos con estos seres disminuía. Asimismo, nos dieron “stinger suits”, trajes de neoprene que, según ellos, reducía un 75% la posibilidad de que una picadura de medusa haga efecto.

Así fue que zarpamos, junto a dos tripulantes y a otras ocho personas, hacia los corales e islas paradísiacas. Podemos decirles que vimos muchísimos peces, de todos los colores y formas, además de corales intactos, así como también tortugas marinas y hasta por la noche unos delfines se nos acercaron a hacernos compañía.

Fue una experiencia única. A pesar de que yo, Juan, no me lleve bien con los barcos y las mareas, lo disfruté muchísimo.

Whitehaven Beach

La playa de Whitehaven es un sueño. Muy poca gente la puede recorrer a diario. La arena no es arena, es talco. El agua es de un turquesa estilo filtro de instagram . Aún así, debimos meternos al agua con los trajes puestos, debido a la posible presencia de las medudas. De todos modos, la experiencia y el recuerdo de estar en esta playa es algo que quedará siempre con nosotros. Inolvidable recuerdo que reconforta al corazón.