París se camina. Los pies se cansan. El corazón se reconforta.
Como es de costumbre, salimos temprano luego de un potente desayuno. Tomamos el subte y nos bajamos en la estación de Charles de Gaulle - Etoile: salimos a conocer el Arco del Triunfo.
Este monumento, edificado para conmemorar a los héroes de la revolución francesa y de las guerras napoleónicas, es uno de los principales íconos de la ciudad. Se sitúa en una amplia rotonda donde convergen una gran cantidad de avenidas. Es un buen punto de partida para caminar la reconocida avenida de los Campos Elíseos.
Al llegar ahí, es inevitable querer sacarse una foto con esa postal de la capital parisina, pero los autos pasan y pasan y se hace bastante dificultoso. Por suerte, sobre las veredas hay una escaleras que te permiten pasar por abajo de las calles y salir a los pies del arco. También se puede subir a la parte alta del arco, si es que así lo desean. El ticket ronda los 13 Euros.
Como hemos dicho anteriormente, desde el Arco del Triunfo se puede continuar hacia la famosa "Champ Elysees". Y así lo hicimos.
Llena de tiendas con las marcas más distinguidas de moda, esta avenida tiene una longitud de 1910 metros y va desde el Arco del Triunfo pasando por los Campos Elíseos y terminando en la "Plaza de la Concordia", donde se encuentra un enorme obelisco traído de Lúxor, de más de 3.000 años de antigüedad "donado" por el virrey de Egipto.
Continuamos caminando y llegamos a los "Jardines de las Tullerías", donde aprovechamos para tomar un breve descanso, entre el entorno natural, estatuas y fuentes. Nos sentamos en las sillas que hay frente a los estanques y disfrutamos de unos mates bien argentos.
Luego de los mates y el descanso, ingresamos a uno de los museos más importantes del mundo: el Louvre. Aquí, algunos dicen que la entrada hay que sacarla con anticipación. Nosotros fuimos sin entrada y no demoramos más de 20 minutos para ingresar (obviamente depende de la época del año y de la hora a la que vayas). La realidad es que el museo es enorme y no alcanza una tarde, ni un día entero para recorrerlo completamente. Lo que les podemos sugerir es que vayan con una idea clara de las obras que les gustaría ver y al ingreso tomen un mapa y armen su recorrido. Esto es para optimizar el tiempo y no quedarse sin ver lo que más les atraiga. Nosotros pasamos 3 horas allí dentro, aproximadamente.
Caminando un poco más llegamos a la "Cathédrale de Notre-Dame". Actualmente en reconstrucción tras los incendios de Abril de 2019. La culminación de las obras de restauración se estiman para el año 2024. Es difícil apreciar la belleza de la catedral con todas las obras que se están realizando, entre andamios y lonas. En su momento, previo al incendio, nos pareció arquitectónicamente impactante.
Este día ya no era día, y la noche se había apoderado de la escena. Nosotros seguíamos caminando. La última parada fue en un barrio lleno de locales gastronómicos, con gente por todos lados disfrutando de la noche y comidas de todas partes del mundo. Sí, habíamos llegado al "Barrio Latino".
Cuando armamos este viaje, el Barrio Latino había quedado como un opcional, si teníamos tiempo de conocerlo, bien... si no, no pasaba nada. Pero sin dudas es un lugar al que deberías incluir para, al menos, pasar a comer alguna noche de tu estadía parisina. La buena energía se siente en todos lados.
Así fue este día a plena caminata. Según google maps, este recorrido lineal es de aproximadamente 6 kilómetros, a los que mínimamente deberías sumarle un kilómetro más dentro de lo que es el museo del Louvre. Pero con las vueltas que uno da, yendo y viniendo para observar cada detalle, seguramente sean 10 kilómetros los que termines recorriendo.
Así que, como ya lo hemos dicho, en esta ciudad hay que ponerse calzado cómodo, y a gastar las suelas.
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