Junto a Otto pasamos un par de semanas en la más completa soledad, mientras Flor disfrutaba de la familia y amigos en la Argentina.
Recorrimos varios lugares próximos a Bérgamo y aprovechamos para hacer mucho trekking. Nos quedamos siempre en las cercanías del aeropuerto Orio al Serio (Bérgamo), puesto que era el lugar donde aterrizaba Flor en su regreso.
En una noche invernal de mucho frío, pasamos a buscar a Flor con el camper y reemprendimos el viaje. Ya era medianoche, así que paramos en el primer lugar que tuvimos disponible para dormir al menos unas horas.
Al día siguiente, nos dirigimos en dirección al Lago di Garda. Allí, prácticamente sin querer, nos topamos con un pueblito de sueños. Jamás hubiéramos imaginado encontrarnos con tamaña belleza.
Calles impecables, con pastos y senderos hiper cuidados, bordeando el lago y un casco histórico medieval excelentemente conservado. Además, unas playas con las que Otto se volvió loco de felicidad.
Habíamos conocido Sirmione. Les dejamos nuestro paso por este hermosísimo pueblo en nuestro video de YouTube:
¡Sigamos viajando!
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