Ferry Barcelona - Civitavecchia con Grimaldi Lines
- vandeados - Flor y Juan
- 23 jun
- 5 Min. de lectura
Vamos a contarles cómo fue nuestra experiencia viajando en Ferry desde Barcelona a Civitavecchia con Grimaldi Lines.
Elegimos esta opción en lugar de hacer todo el recorrido por tierra. Evaluamos tiempos, costos y practicidad, y llegamos a la conclusión de que cruzar desde Barcelona a Italia en barco era la mejor alternativa en ese momento.
Grimaldi es una naviera italiana que realiza numerosos trayectos en el Mediterráneo.

Llegada y embarque
El barco tenía salida programada a las 21:45, y aunque la empresa recomienda llegar al menos dos horas antes, nosotros —siempre precavidos— salimos con tiempo desde Sitges, al sur de Barcelona, con la intención de llegar unas cuatro horas antes, pero el tránsito en Barcelona fue un caos. Para recorrer poco más de cinco kilómetros, tardamos más de una hora. Finalmente llegamos al puerto tres horas antes de la salida, tiempo suficiente para relajarnos y esperar.
La duración total del viaje es de 20 horas y 45 minutos
El check-in se realiza en el edificio donde Grimaldi tiene sus oficinas. Allí también hay un bar donde se puede tomar algo mientras se espera. El trámite fue rápido: no demoramos más de cinco minutos. A pesar de haber reservado un pasaje con vehículo (motorhome), camarote y perro, solamente nos pidieron los pasaportes. No solicitaron ningún documento adicional del vehículo ni del perro. Nos entregaron directamente las tarjetas (de cartón) para acceder al camarote, una por persona.
Fuimos de los últimos en subir al barco, ya que primero lo hacen los autos más pequeños y camiones, y luego los campers.

El camarote
Elegimos una Junior Suite, pagando el suplemento “pet in cabin”, para que Otto pudiera quedarse con nosotros durante todo el viaje. Si no se paga este suplemento, entendemos que los perros deben quedarse en una jaula (kennel) en una sala específica.
El precio total era de €410,80 , pero lo conseguimos en promoción y pagamos €271,05. Aquí el desglose de los precios:

Según algunos videos, los días 28 y 29 de cada mes suele haber precios más bajos. En nuestro caso se cumplió, aunque en otras búsquedas para las mismas fechas, en distintos meses, no encontramos descuentos.
En nuestra reserva figuraba también un ítem llamado “È arrivato il 17”, que, según leímos, es parte de una promoción frecuente que lanza la naviera los días 17. En nuestro caso, compramos el pasaje el día 23, así que no podemos confirmar si ese descuento aplica solo comprando el 17.
¿Qué nos pareció el servicio?
El camarote
La verdad, nos sorprendió para bien. El espacio era más que suficiente para dos personas, y hasta creemos que cuatro personas (la capacidad máxima) estarían cómodas. Contaba con:
■ Cama matrimonial
■ Sofá cama
■ Cama alta rebatible (con escalerita para subir)
■ Baño privado con inodoro, lavamanos y ducha separada
■ Shampoo, jabón, gorra de baño, toallas y hasta un mini kit de costura
■ Aire acondicionado (algo ruidoso, pero se puede apagar)
■ Frigobar (podés aprovechar para llevarte cositas por si querés comer algo simple como un sandwich o una picada)
■ TV con canales italianos
Lo que no teníamos previsto era que debíamos dejar el camarote aproximadamente dos horas y media antes de la llegada al destino. Se realizó un aviso por los altoparlantes, pero era difícil escucharlo desde dentro del camarote. Al no conocer esta regla, terminamos preparando todo a las apuradas para cumplir con exigencias y normas de las que no estábamos al tanto.

El desayuno
Incluido en el ticket, consistía en:
■ Una infusión
■ Una botella de agua
■ Un jugo
■ Una medialuna (o muffin sin gluten)
Se podía elegir entre medialunas simples o rellenas (Nutella, crema de pistacho, etc.). También se podía ampliar el combo agregando fiambres o huevos, pagando un extra.

Restaurantes a bordo
El barco ofrece varias opciones para comer, entre ellas:
Family Burger
De aspecto más moderno. Ofrecía hamburguesas, pizzas y picadas por precios que iban desde los €10 hasta los €17.

Piazza di Siena
Restaurante más formal, con menú de 25 € por persona, que incluía antipasto, luego una opción a elegir entre insalata (ensalada), primo piatto (pasta) o secondo piatto (carne), postre y agua. Un precio más que justo para estar en un crucero.
Para quienes no tienen camarote
Hay salas con filas de asientos y también livings con sillones cómodos y bastante espacio para descansar durante el trayecto.
Piso 11 – Área exterior
En la terraza se encuentra el área para que las mascotas hagan sus necesidades, aunque resultaba muy pequeña y muchos perros terminaban haciendo sus cositas en cualquier otro lado.

También hay un bar que sirve comidas rápidas, bebidas y cócteles. A la noche, había música fuerte y un ambiente animado, con gente bailando.
En ese piso también están los kennels, donde deben quedarse las mascotas si no se paga el suplemento de camarote. Igualmente, creemos que, si uno se niega a dejar ahí a su perro, podrían quedarse con ellos en otra área (aunque esto es solo una suposición).
Tiendas y otros servicios
El barco cuenta con locales de ropa y accesorios, y también un espacio donde ofrecen masajes.
¿Y el servicio del personal?
Este fue, tal vez, el punto más flojo de la experiencia.
Cuando fuimos a recepción con una duda sobre la activación de las tarjetas de acceso al camarote, notamos que varios pasajeros estaban preguntando lo mismo. Las respuestas del personal fueron poco amables, como con ganas de sacarse de encima al cliente. Al escuchar cómo respondían a otros, decidimos evitar el contacto y dirigirnos directamente al camarote.
Durante el desayuno, el trato fue incluso más desagradable. El personal se mostró burlón con algunos pasajeros. Aunque era nuestra primera vez desayunando ahí, y no conocíamos el sistema, sus respuestas y gestos nos resultaron muy poco profesionales. Probablemente no sabían que entendíamos italiano, pero eso no justifica la actitud. Fue una mala impresión que quedó marcada.
En resumen
Esta opción nos resultó muy conveniente. Nos ahorró varios días de viaje, ya que en nuestro motorhome no solemos hacer muchos kilómetros por día, y pudimos disfrutar de más tiempo en España. Además, evitamos el desgaste del vehículo por carreteras del norte español y sur francés.
La habitación y la calidad del desayuno nos dejaron satisfechos. No así el trato del personal, que nos pareció poco profesional. Quizás tuvimos mala suerte, o fue un mal día de algunos empleados.

¿Ustedes han viajado con Grimaldi Lines? ¿Cómo fue su experiencia? ¡Nos encantaría leer sus historias!
Gracias por acompañarnos en este viaje. ¡Sigamos viajando! 🌍
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