Nos vamos desde Sydney, a nivel del mar, hacia las montañas azules, en la altura.
Bien temprano, nos tomamos un tren en la estación central de Sydney y nos dirigimos a Katoomba, el pueblo más cercano a la entrada del Parque Nacional de las Blue Mountains.
Cuando salimos de Sydney, si bien estaba un poco fresco, con un pantalón largo y un pullover estábamos más que abrigados para enfrentar la travesía. Peeero, al llegar a Katoomba, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar, el frío se hizo sentir. Las primeras horas del día fueron muy frías y nosotros, confiados, no teníamos abrigos extra. Así que debimos hacer una parada técnica para un cafecito caliente y, así, tomar coraje para impulsarnos a las entrañas de las montañas azules.
¿Qué son las Blue Mountains?
El área de las Blue Mountains, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, tiene hermosos paisajes, plagada de senderos, bosques y desfiladeros.
El nombre proviene de la bruma azulada que se genera a partir del desprendimiento de un aceite de los eucaliptus, árboles que dominan la escena.
Las montañas están cubiertas por un mar de eucaliptus que, efectivamente, por momentos parece azul.
Hay kilómetros y kilómetros de senderos para disfrutar de los bosques, cascadas y vistas espectaculares. Una de las formaciones rocosas más famosas son las Tres Hermanas, fácilmente identificables.
Una de las máximas atracciones del parque es el Scenic World, gracias al cual podés recorrer el parque en teleféricos, sobre riscos, y subirte al tren más empinado del mundo.
Las Blue Mountains son una linda actividad para hacer al aire libre, a poco más de 70 kilómetros de Sydney. Fácil de llegar, a través de trenes regionales. Eso sí, si van fuera de la temporada estival, procuren llevar un abrigo adicional, ya que en las alturas el frío se siente, y mucho!
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