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Foto del escritorJuan Manuel

Hostels: ¿sí o no?

Acá vamos con una pregunta que divide aguas. Al preguntarte si te alojarías en un hostel, imagino que ya tendrás una respuesta, generalmente rotunda e inmutable.


¿Te hospedás en Hostels?

  • No

  • Ni loco


Si estás por el lado del NO, es probable que pienses que el hostel es un tipo de alojamiento no apto para todos. Desde mi punto de vista, el concepto de hostel ha evolucionado bastante con el tiempo. Quizás hace unos años se lo tenía más identificado con un lugar exclusivamente para jóvenes, ruidoso y de difícil descanso.


personas haciendo check in en un hostel
Hostels, una alternativa válida de alojamiento

Hoy por hoy, la variedad de oferta en cuanto a hostels es muy buena. Siguen habiendo esos hostels destinados a la juventud que no tiene problemas de resaca al día siguiente de una noche agitada, pero los hay también muy tranquilos, y hasta "chic". Existen aquellos con baños públicos, sin diferenciación de géneros, y los hay también con habitaciones con baños privados.


He tenido la oportunidad de vivir experiencias buenas y no tan buenas, que más abajo relataré.


Lo positivo de un hostel


  • Precio: en general hospedarte en un hostel puede ser mucho más económico que haciéndolo en una habitación de hotel o departamento.

  • Cocina: en muchos lugares tenés una cocina disponible para hacerte tus propias comidas, incluso con la posibilidad de guardar tus cosas que necesiten refrigeración.

  • Sociabilidad: el hostel por lo general es un ambiente en el cual es más fácil entablar conversaciones y entrecruzar experiencias con otras personas.

  • Actividades: se suelen armar actividades con los huéspedes, desde city tours, bicicleteadas, pizza parties, etc.


¿Qué puede salir mal en un hostel?


Creo básicamente que mucho reside en la elección. Recomendaría, antes de elegir el hostel para hospedarnos, dar una ojeada al estilo de hostel. ¿Cómo? Basta leer opiniones de la gente en portales como tripadvisor o booking para darnos cuenta de qué nos vamos a encontrar en el lugar. Muchos tienen espacios y horarios definidos para el esparcimiento, en algunos otros estas cuestiones son más bien difusas, poco claras.


persona subiéndose a una cama cucheta
Compartir habitación con mucha gente puede ser complicado.

Si no te gusta compartir baño con otras personas, muchos alojamientos de este tipo tienen habitaciones con baño privado, aunque los precios obviamente serán más altos.


Cuando compartimos habitación con otras personas, lo único que no podemos controlar es el horario de descanso de los otros. Cuantas más personas sean más movimiento habrá, por lo cual el descanso puede ser un poco más complejo, sobretodo si sos de sueño ligero.


Seguridad: por lo general los hostels dejan a tu disposición lockers donde colocar tus pertenencias. En el peor de los casos te cobran un adicional por un candado para cerrarlo.



EXPERIENCIAS


En general, mis experiencias fueron buenas. En Madrid, por ejemplo, estuve en Madrid Downtown Hostel, Way Hostel Madrid y en The Central House Lavapiés Madrid. Este último el que más me gustó, por lo nuevo, cuidado y belleza de las instalaciones.

En Barcelona estuve en el Fabrizzios Terrace Hostel, pequeño, de pocas habitaciones y muy bien ubicado.


En Kyoto también, con Flor, en una habitación privada pero con baño compartido. El Guesthouse Gajyun, una especie de hostel con un anfitrión japonés que hablaba portugués, gracias a su paso por el fútbol ¿profesional? de Brasil.


En Perú, muchos años atrás, fui a varios hostels de la cadena Pirwa, con buenas experiencias, tanto en Lima como en Cuzco y Aguascalientes.


LA PEOR


En Miami, una ciudad con alojamientos de precios elevados, decidí pasar un par de noches en un hostel en pleno South Beach, una de las zonas turísticas principales de Miami. Sabía que me estaba metiendo en un hostel con mucha actividad nocturna.

Lo que nunca me imaginé es que me despertaría con ruidos extraños en medio de la noche. Un chico, en una cama afortunadamente distante, se estaba autocomplaciendo. Era evidente por los movimientos y los sonidos guturales que emitía.


Esta creo fue la única vez en la que padecí la estadía. Más allá del suceso anteriormente mencionado, la higiene de las personas con las que compartía la habitación era bastante deplorable. A partir de esta experiencia, empecé a prestar más atención a puntuaciones de los hostels y sobre todo a los comentarios de otros viajeros.


Hostels: ¿sí o no?


¡Sigamos viajando!

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