Termas en la Toscana: Bagni San Filippo

La "Balena Bianca" de Bagni San Filippo

En el corazón de la Toscana, entre los suaves paisajes de la Val d’Orcia y las laderas del Monte Amiata, se encuentra Bagni San Filippo, un pequeño pueblo famoso por sus aguas termales naturales. A solo 25 kilómetros de Pienza, se accede fácilmente por carreteras panorámicas con sus típicas colinas onduladas, hileras de cipreses y viñedos.

El trayecto ya es, en sí mismo, un deleite. Ideal para hacer paradas y tomar fotografías, el recorrido pasa por una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas de Italia: allí nacen vinos como el Orcia Rosso, el célebre Brunello di Montalcino o el Vino Nobile di Montepulciano.

Mapa de atractivos con los cuales combinar Bagni San Filippo

Breve historia de Bagni San Filippo

Las aguas termales de Bagni San Filippo son conocidas desde la época romana, cuando ya se usaban con fines terapéuticos. Su nombre proviene de San Filippo Benizi, un monje que, según la tradición, se refugió en estas tierras durante el siglo XIII, y cuya presencia dio origen a una pequeña ermita aún conservada en el lugar.

Durante el Renacimiento, Cosimo I de’ Medici ordenó restaurar las termas (1566) y promover su uso medicinal. Posteriormente, el Gran Duque Ferdinando II de’ Medici también visitó el lugar para beneficiarse de sus aguas curativas. En el siglo XVIII, el arquitecto Leonardo De Vegni desarrolló aquí una técnica llamada plastica dei tartari, aprovechando los depósitos minerales del agua para crear elementos ornamentales y escultóricos.

Propiedades del agua termal

Las aguas de Bagni San Filippo son sulfúreas, sulfatadas, calcáreas y magnésicas, con una temperatura que alcanza los 48 °C en su punto de surgencia. Son ricas en azufre, calcio y magnesio, lo que les confiere propiedades antiinflamatorias, analgésicas y relajantes musculares.

Se recomienda su uso en tratamientos para afecciones reumáticas, articulares y dermatológicas, además de aportar un efecto relajante y revitalizante general. El contacto con el aire y el paso del tiempo generan las famosas formaciones de travertino blanco que cubren buena parte del arroyo Fosso Bianco.

La Balena Bianca: la postal de Bagni San Filippo

El punto más fotografiado es sin duda la Balena Bianca, una enorme formación calcárea blanca que parece el lomo de una ballena emergiendo del bosque. Desde lo alto cae un hilo constante de agua caliente, que va enfriándose a medida que desciende y forma pequeñas pozas naturales donde los visitantes pueden sumergirse.

Las piscinas más cercanas a la sorgente son las de mayor temperatura y las más buscadas, aunque hay carteles que prohíben el acceso a algunas de ellas por motivos de conservación. En la práctica, muchos visitantes las usan igual, en parte porque los avisos están deteriorados o vandalizados, y no hay controles visibles por parte de la comuna.

El terreno, formado por capas minerales irregulares, puede ser resbaladizo. Conviene llevar calzado antideslizante o aquashoes para moverse con seguridad entre las rocas y el barro.

Un pueblo pequeño, de encanto y decadencia

El pueblo de Bagni San Filippo es diminuto, con menos de una decena de alojamientos sencillos y apenas tres o cuatro opciones gastronómicas. Su encanto reside en esa sensación de rincón olvidado, rodeado por bosques y colinas.

Sin embargo, también se percibe cierto abandono: el antiguo hotel termal, que en su momento fue el corazón del turismo local, se encuentra cerrado, y los accesos a las zonas termales necesitan mejoras.

Las terme libere: piscinas termales a un kilómetro del centro

A poco más de un kilómetro del centro del pueblo se encuentran las llamadas terme libere, accesibles incluso con vehículo. Allí se ven algunas construcciones en ruinas o inconclusas, pero hay tres o cuatro piscinas principales que se mantienen en condiciones aceptables y ofrecen aguas a distintas temperaturas.

La última de las piscinas, visible solo después de subir unas escaleras, es también la más cálida y acogedora, ideal para disfrutar en cualquier época del año.

Estas terme libere son un rincón apreciado por viajeros en camper o furgonetas, que suelen detenerse aquí atraídos por la tranquilidad del entorno y el área de estacionamiento, bastante nivelada. Durante nuestra visita, apenas una decena de personas se bañaban en sus aguas, lo que reforzaba aún más la sensación de calma y desconexión total.

Nuestro video de YouTube sobre Bagni di San Filippo

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Nos vamos de Bagni San Filippo con sensaciones encontradas. El área de la Balena Bianca es visualmente impactante, casi mágica, y las aguas termales resultan un placer en cualquier estación, especialmente en los días fríos. Sin embargo, las prohibiciones poco claras, el mantenimiento deficiente y la falta de control dejan la impresión de un lugar que podría ser mucho más, con un mínimo de inversión y cuidado.

Aun así, Bagni San Filippo conserva un encanto rústico y natural que la distingue de otros destinos más turísticos de la Toscana. Es un sitio para quienes buscan contacto directo con la naturaleza, silencio, agua caliente y un toque de aventura en medio de los paisajes más bellos de Italia.

¡Sigamos viajando!