Es una de las escapadas más habituales de los turistas desde Tokyo. Es un pequeño pueblo de montaña lleno de rutas de senderismo, con cascadas, onsens, templos y hasta pistas de esquí en invierno.
Nosotros pasamos prácticamente un día y aprovechamos para adentrarnos en la naturaleza y visitar los templos más importantes.
Santuario Toshogu
El santuario alberga el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, el primer shogun Tokugawa, quien básicamente dio inicio al Período Edo (1603-1868), caracterizado por la paz y el orden interno del Japón. Más allá de esta referencia, el templo es realmente impactante, con construcciones coloridas que combinan elementos tanto sintoístas como budistas.
Otros santuarios que podés visitar en Nikko son el templo Rinnoji; el Futarasan, que data del año 782; o el Mausoleo Taiyunbyo, dedicado al tercer shogun Tokugawa, Iemitsu, nieto de Ieyasu.
Puente Shinkyo
En Nikko se encuentra uno de los tres puentes más bonitos de todo Japón (según las encuestas japonesas), el Puente Shinkyo. Inmerso en la naturaleza, es uno de los puntos más fotografiables de todo Japón. Para cruzarlo, lamentablemente, se debe pagar una entrada.
Nikko, además, ofrece variedad de senderos por los cuales perdernos y sentirnos conectados con lo natural. En época invernal, se puede disfrutar de pistas de esquí en Nikko-Yumoto. Incluso existen diversos onsens y hasta un géiser.
Es un área en la cual podemos pasar tranquilamente varios días y disfrutar de la tranquilidad, totalmente opuesta al frenesí que nos propone la capital japonesa, Tokyo.
¡Sigamos viajando!
Comments