Después de nuestra visita a Nördlingen, nuestra siguiente parada en la ruta romántica fue Rothenburg. Habíamos oído y leído cosas muy positivas sobre esta ciudad, así que teníamos que comprobarlo por nosotros mismos.
Lo que no esperábamos era coincidir con una fiesta muy especial para Rothenburg: la Reichsstadt-Festtage. Esta celebración, que se realiza cada año el primer fin de semana de septiembre, te transporta directamente a la Edad Media. Las calles empedradas, las casas de entramado de madera y las murallas medievales cobran vida gracias a la participación de cientos de habitantes que recrean escenas únicas. ¡Es como viajar en el tiempo!
Otra época mágica para visitar Rothenburg es la Navidad, cuando se instala el Reiterlesmarkt, uno de los mercados más antiguos y encantadores de Alemania. Las decoraciones navideñas invaden la ciudad, hay mercados por todos lados y música en vivo todos los días. La belleza de Rothenburg, junto con la atmósfera navideña, hacen que el lugar sea aún más especial.
Si no podés ir en Navidad, no te preocupes. La tienda Käthe Wohlfahrt, que está abierta todo el año, es el paraíso de los amantes de la Navidad, con decoraciones tradicionales y productos artesanales que te hacen sentir el espíritu festivo en cualquier época.
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¿Qué no podés dejar de hacer en Rothenburg?
Caminar y caminar. Vayas por donde vayas, te vas a sorprender con la historia que respiran cada una de sus calles. Una de las más impresionantes es cómo Rothenburg se salvó de su destrucción total durante la Segunda Guerra Mundial.
Según cuenta la historia, el secretario de Estado de EEUU, John McCloy, fue fundamental para preservar la ciudad. McCloy conocía su valor histórico porque su madre la había visitado y le había contado maravillas. Cuando los aliados acechaban Rothenburg, la fuerza local estaba preparada para defenderla, pero McCloy, en lugar de ordenar el ataque, envió a oficiales alemanes prisioneros para negociar la rendición, tratando de evitar así una mayor destrucción. Afortunadamente, las fuerzas alemanas se rindieron, y la ciudad logró mantenerse a salvo.
Además, no te pierdas:
La Plaza del Mercado (Marktplatz): rodeada de edificios históricos que parecen sacados de un cuento.
Las murallas medievales: podés recorrerlas a pie y disfrutar de vistas diferentes de la ciudad.
Jardines del castillo (Burggarten): un espacio verde con vistas espectaculares al valle del Río Tauber.
Museo del Crimen Medieval: un poco escalofriante, pero fascinante. Muestra la historia de los castigos y las leyes de la Edad Media.
Rothenburg le da a la Ruta romántica pura magia. Sus callecitas, colores y arquitectura te transportan a un mundo de cuento. Sin duda, es una joya de la Ruta Romántica y uno de los lugares más bonitos de Alemania. ¡No te lo pierdas si estás planificando un viaje por la zona!
¡Sigamos viajando! ✈️
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